¡Crack!

Hoy el frió hizo que mis huesos recordaran la fractura, una fractura que mas que brindarme dolor, me brindó la oportunidad de conocerte. A pesar de que llevaba mas de seis meses tras de ti y que tuve que ver como otros destruían tu reputación, la fractura fue la que me abrió el camino. Un segundo y el dolor aún no llega, pero el simple sonido de un hueso que se astilla, puede llenar de escalofrió todo tu cuerpo, la tensión de toda la extremidad, y por fin esa sensación de calor acompañada por pequeños choques eléctricos y espasmos de placer al recibir el dolor, dolor punzante que anuncia que estas vivo y te invita al desmayo. Al siguiente día un yeso y la sensación de bochorno, -mira que venirte a fracturar en plena chancha de basketball y enfrente de media escuela-, no paraba de reír de mi situación, cuando escuche tu voz, -tu no te me puedes escapar-, así fue, y así es, jamás me podré escapar, jamás me querré escapar, Han pasado casi nueve años y se que hoy, cuando llegue a casa ahí vas a estar. –Mira que fracturarte una pierna solo para que alguien fuera dueña de tu alma-.