Se buscan viejas de buenas tetas para animar este blog.

jueves, octubre 06, 2005

El Zaar de las gomitas. Cap. IV

Capitulo cuatro

Bañera del Zaar.

-Bien Poohsito, -No me digas así pendejo- esta bien Poohsote ayer desapareció de mi camioneta un maletín, lo que hay dentro de él, a ti te tiene que valer madres ¿entendido? El favor que te pido es que traigas de vuelta el maletín y también que me traigas arrastrando de los huevos a quien se lo llevó.-

Soledad entra en el baño con un ridículo boxer de ositos en la mano derecha y sin ninguna botella de burbujas en la izquierda, soledad le extiende el boxer al Zaar, quien sin ningún pudor sale de la bañera desnudo y sin secarse el muy puerco, se enfunda trabajosamente en unos calzoncillos largos con figuras de ositos de felpa.

-No te me quedes viendo idiota, lárgate corriendo a buscar lo que te pedí y llévate al Magalo para que te ayude-

OK, OK, Ya me voy pero necesito saber algunas cosas primero:

¿Cuánto me vas a pagar por esto?

-Claro que no te voy a pagar imbécil, ¿te atreves a pedir dinero? Te debería bastar tan solo con mi amistad, te debería bastar tan solo con saber que yo, el “Zaar de las gomitas aciduladas” te tengo en muy alta estima, mal agradecido- dirigiéndose a Soledad -¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Acaso he sido un mal amigo? ¿Acaso no he sido un hombro en el cual llorar cuando alguien me viene a visitar con sus problemas a flor de piel? Estoy realmente abatido-

Soledad, para quien el Zaar ha sido más que un benefactor, me clava la mirada al tiempo que dice con voz entrecortada y entre sollozos: Que poquísima madre tienes.

Está bien no se alteren. ¿Tienes idea de por que alguien querría ese maletín?

-Lo único que se, es que el mercado de las gomitas ya esta muy peleado en estos tiempos, no es como antes, ahora todos quieren una rebanada del pastel, hasta hace unos años, uno podía asustar a un confitero solo con enviarle a Soledad a que se diera una vuelta por su tienda, pero ahora eso no basta, las gomitas ya están perdiendo su furor, lo de hoy son esos malditos dulces bajos en azúcar, lo cual me causa gracia ya que generalmente la gente que los consume son enormes masas de mierda con patas, gente con problemas de sobrepeso, tu sabes, esos obesos simplemente creen que tragando chicles sin azúcar en cantidades industriales van a compensar años y años de vida sedentaria, perdón creo que me desvié del tema. Ahora que yo soy el único, que aun puede proveer gomitas aciduladas de manufactura “artesanal” al mercado, hay mucha gente que quiere dañarme, recuerdo que en el año de mil-novecientos-oche…….-

¡Yaaaaaaaa! ¡Por el amor de Dios yaaaaaaaaaaaaaaaaa! Deja de decir pendejadas y responde la pinche pregunta, no tengo todo el jodido día, carajo, me desesperas, no se como puedes caminar y respirar al mismo tiempo sin que te de un pinche colapso nervioso, eres repugnante. ¿Tienes idea de por que algún bendito hijo de mala madre se llevaría tu puto (y sin importancia, para mi claro) maletín de la chingada camioneta?

-No-

Gracias, realmente gracias, por responder sin divagar. ¿En que crees que me pueda ayudar el Magalo?

-En nada, realmente solo quiero que se aleje de mi casa y sobre todo de mis bebidas.-

Vale verga, bueno ¿Notaste algo raro en la camioneta, faltaba algo, olía mal?

-No solamente encontré esto en el asiento delantero justo en donde había dejado el maletín-

Bien esto al menos me dice que el ladrón jamás brillara en sociedad.

Ya en la calle y después de una corta platica con Magalo, lo convencí de que era mejor que el tratara de hacer una investigación de campo, aunque lo que menos necesitaba era un pinche alcohólico pasivo-agresivo con complejo de inferioridad, estorbándome en las investigaciones, después de doblar unas cuantas calles y perderme durante hora y media, al fin pude llegar preguntando en cada puesto de periódicos al hotel “Hollywood”, un hotel de paso ubicado en la Calzada Ignacio Zaragoza, como todos los Hoteluchos de este tipo, el “Hollywood” presta un servicio con total discrecionalidad, así que me basto con encerrar el Camaro en el elevador y buscar el bendito cuarto 128 para poder acercarme un poco a mi meta, el maletín robado.

Ya en el 2º piso, caminaba sigilosamente hacia el fondo del pasillo, en esos momentos no paraba de reír para mis adentros, al recordar la platica que había tenido apenas un par de horas antes con el Magalo.

Magalo: ¿Entonces Pooh?

Pooh: ¿Qué?

Magalo. ¿Por donde empezamos?

Pooh: Yo empiezo, por largarme de aquí directo al “Hollywood”, tú muy bien podrías empezar por largarte a chingar a tu madre.

Magalo: ¿Aun no me lo perdonas verdad?

Pooh: No, y no sigamos con esto, yo jamás olvidare que fuiste tú, el que me maldijo para siempre, el que en uno de los momentos más importante de mi vida echó todo a la mierda.

Magalo: Ya te dije que lo sentía, no seas arrogante y acepta que fue divertido.

Pooh: ¿Te parece divertido llegar totalmente borracho a mi boda y tratar de detenerla con el estúpido pretexto de que mi nombre real es “Winnie The Pooh” y que estaba comprometido con “Christopher Robin”, además de que “Tigger” me había pegado una enfermedad venérea totalmente incurable y que me estaban siguiendo un proceso por pedofilia, con “Rito” y “Pigglet” como acusadores? ¿Te pareció divertido ver como mi esposa y su familia después de escupirme y darse media vuelta se fue doblando de risa? ¿Te parece gracioso decirme “Winnie”? ¿Te parece gracioso niño bonito?

Magalo: La neta, si.

Pooh: Ahora que lo pienso tienes razón, si fue muy gracioso.

Está bien, por que no vas por la calle investigando si alguien sabe algo sobre el robo, te agradecería que trataras de no beber y que te reportes conmigo por cualquier información importante que obtengas. Una ultima cosa ¿Quien le puso a Mirsha “El Zaar de las gomitas”?

Magalo: Se lo puso el mismo, así como también se autonombro “El Semidiós del amor” el año pasado.

Pooh: Lo imaginé.

Después de repasar esa conversación en mi cabeza por octava vez me di cuenta de que en realidad nadie puede respetar a alguien que se autodenomina “Zaar de las gomitas”, me encontraba sonriendo como vaca babosas por mis cavilaciones cuando llegue frente a la puerta de la habitación 128, después de tocar durante 10 minutos me decidí a abrí la puerta con una tarjeta telefónica, no pude, así que solo le metí tremendo patadon a la chapa y esta cedió con un curioso crujido, me apresuré a encender la luz cuando un olor a colonia barata y a perfume de vedette hirieron mis fosas nasales, ahí, sobre la cama una bolsa negra con un enorme cierre metálico y una etiqueta que decía:

Para: El Zaar de las gomitas

De: B.M.

Así es queridísimos, tarjeta habientes de Guajamerican express, aquí les llega como lo pidieron el 4º capítulo de la saga. Ahora si prepárense para, llorar, sudar, venirse en seco sin estimulación táctil y sobre todo para cagar.

3 Comments:

Blogger Seymus said...

noo groopieguajaza, es la segunda pista, la primera era la del hotel joligud.

Hey pinche pooh, ya no supimos que pasó cuando soledad llegó al agujero donde vive el "pooh", o acaso es una hostira tipo amores perros y te regresaste un leve en la trama??

4:13 p.m.  
Blogger Seymus said...

fe de erratas:

donde dice: hostira
debía decir: historia

gracias

4:14 p.m.  
Blogger Pinche Pooh said...

No se desespere buen seymus esto ya llegará a su fin.

5:28 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home

Licencia de Creative Commons
El zaar de las gomitas by Marco Sarmiento is licensed under a Creative Commons Reconocimiento 2.5 México License.
Creado a partir de la obra en www.guajazo.blogspot.com.
^^Winnie 25:17, El camino del Coto se ve asediado por todos lados por las inequidades del egoísmo y la tiranía de la Commander.^^ ^^Bendito aquel que en el nombre de la cebada y el buen pisto pastorea al débil a través del valle de las Commanders, por que el es el verdadero protector de sus hermanos y encuentra a los niños perdidos.^^ ^^Y yo actuare con gran venganza y terrible furia hacia aquellos que traten de envenenar y destruir a mis Guajazos y así sabrán que mi nombre es El Pooh cuando deje caer mi venganza sobre ustedes.^^