De Caceria capitulo I

16 de junio de 1990

Hoy me he levantado como siempre (con una erección), me he rascado las pelotas y he decidido que sera un buen dia, ¿porque?, simplemente porque hoy es dia del padre y he esperado este dia desde que mi progenitor habia decidido, hace 2 semanas, que iriamos al bosque a acampar (su mayor deseo).

Desayunamos Corn Flakes y una barrita de granola (desayuno de campeón), estamos dispuestos a partir.

En la puerta, mi madre nos despide con un calido beso, solamente iriamos mi papá y yo, porque según el decia que asi me forjaria un caracter que hasta al mas duro vikingo (y no de Minnesota) haria palidecer, yo de mala gana acepte porque se que es lo que mas le gusta a el (eso e ir a un table dance), pero la verdad yo preferia jugar nintendo (asi es, el NES), y echarle un vistazo a la pagina numero 3 del ovaciones.

Ya en la camioneta llena de víveres, casa de campaña, repelentes para tiburones (?), y toda las cosas necesarias para la supervivencia de 2 dias (que era lo que su trabajo le permitia), platicamos acerca de cosas de padre e hijos (porros, chicas, sexo tantrico y esas cosas).

El sol brillaba cual sonrisa de Luis Miguel (pleonasmo), la radio anunciaba que haria muy buen clima, ademas que el idolo del momento era Lucerito, yo con mucho gusto cambiaba la estación de la radio hasta llegar al 107.3 que en esos ayeres era universal stereo, y se podia escuchar solamente golden music.

Despues de 4 horas y media de camino llegamos a un poblado al norte de México (no al norte norte, no manchen, no se llega en 4 horas), pero si a un lugar muy cerca de la Sierra, donde primero pasamos un pequeño poblado en el cual solo paramos por gasolina y unas baterias para la lampara (malditas pilas Rocket, no aguantan), yo le dije que pararamos a comer, pero el decia que hasta no llegar a poner la casa de campaña se sentiria que habia ganado el derecho de comer; ya a unos 10 minutos en las afueras del poblado (ah que mamon me vi) empezo a clarear(mas mamon aún), y ni siquiera habia ya terraceria, era solo pasto y algun terreno que solamente se podria considerar como tierra virgen.

Desempacamos, montamos la casa de campaña (y no como vaqueros), hicimos un buen fuego, y empezamos a hacer de comer, en el transcurso de todo esto, mi padre me platicaba miles de historias, desde como consiguio una cicatriz en su pierna, hasta como hacer una brujula con un corcho y una aguja, por supuesto yo ya sabia de su cicatriz despues de haberme contado como 30 veces la misma historia, y tambien sabia como hacer una brujula, puesto que, en mi niñez habia sido yo boy scout, y me sabia ese y mas trucos, pero obviamente no se lo diria y no lo sacaria de su platica diciendole que ya me la sabia, y pondria mi cara y mi atención fijas en las palabras que decia, cual niño en su primer platica con un amigo acerca del sexo.

La noche llego rapido, pero nosotros estabamos preparados, y nuestra lampara lista, la fogata brillaba cual arbol de navidad en una casa inmensa y llena de oscuridad, la camioneta habia sido movida al lugar mas apartado del claro, para asi -segun mi papá- sentirnos en mas estado natural.... mas salvaje; y no estaba lejos de aquella sensación, en realidad, el frio, los arboles, la luna y el cielo estrellado (junto a todas las incomodidades y la falta de mi NES), hacian que tu imaginación, tomara un camino, el cual, no muchas veces, sentiste en todos esos campamentos de los scouts, y asi, sentirte un poco, solo un poco mas, capaz de tomar al mundo en un puño y restregarselo al sol en la cara para que viera que no eramos como los demas planetas, y que en algun momento de la vida de este, se le adoraba y ofrecian vidas, y asi ser (como siempre ha sido la intención de los humanos), los consentidos de el.

CONTINUARA...