Depto K. de Kill

Justo cuando piensas que la vida por fin se dejo de limpiar el culo contigo, te ocurren cosas como las que describió el buen Hartopisto del Coto en el post anterior, y créanme, el poock!!! No fue lo peor, debo reconocer que mas que dolor me dio risa, a pesar de que empecé a ver estrellitas. Me alegró por una parte ver a Mirsha cagándose completamente de la risa por más de media hora y me recordó que tenía años de no verlo reír así, además de que me reafirmo el concepto de que es un pinche burlón de mierda. Pero con todo y las estrellitas y las recomendaciones de Charbel de no ir hacia la luz o aferrarme de una chela y del café orgánico de comunidad zapatista de Chiapas, hubo un acontecimiento mucho más tenebroso. Después de fingir que me pegaba en la cabeza para hacer pasar un rato de solaz y esparcimiento a mis amigos, llegamos a dar un fructífero ensayo, en el cual todos reafirmamos cual es nuestro Rock, el pequeño inconveniente fue que el ensayo se prolongo un poco y al llegar al sacrosanto hogar de este apuesto plantígrado (osease a mi chante), me encuentro con que la dueña de mi alma (o sea el diablo) esta acostada con tremenda jeta de: ¿por que hasta ahorita, pequeño pedazo de mierda? y ahí, ahí merito fue cuando todo valió madres, tuve que entrar a la recamara a saludar casi casi de puntitas, por temor a que de una tarascada me mandara a tocarle la puerta a San Pedro y después de un "Estoy muy enojada contigo" tuve que despedir a los guajazos que esperaban en la sala al buen Mickey y a Yarely con los que por fin nos íbamos a ir al tan mentado Ombligo de la luna, y pues que llega el Mike y toca el timbre, y desde la recamara escuche el clamor de un demonio amenazante que dijo: Quiiiiiiiiién es???????? y yo: es el Mike su majestad y pos pa' luego es tarde los guajazos salieron inmediatamente por patas, ya abajo, dándole las explicaciones pertinentes y despidiéndome de todos ellos se escucha de pronto que descuelgan el interfon y todos se quedaron pálidos del asombro, todos estábamos expectantes a que de la boca metálica del aparatito, salieran las tan ansiadas palabras de YAAAA MEEEEETEEEETEEE!, pero la espera fue en vano, la tensión era tal que se podía cortar con un cuchillo Jin-su, y solo se escucho como el interfon era colgado de nuevo, así es que francamente aterrorizado tuve que despedirme de todos y subir al Depto. "K" a ver de que pinche color tiene los ojos el destino, y bueno no los haré perder su tiempo entrando en detalles de como volaron los cojines y los libros aterrizaban en mi cabeza, y mucho menos de como casi pierdo un ojo al momento de que un dedo me señalaba muy de cerca, lo único que puedo decirles, es que, a partir de ese día por los gritos escuchados, los ruidos estremecedores y el aura malvibrosa que se sintió toda esa noche, todos los vecinos del edificio piensan que en el Depto "K" se llevan a cabo misas negras, y si, en efecto me considero un adorador del Diablo, siempre y cuando no me grite, me manotee y mucho menos, acerque tan peligrosamente sus manos a mi cara...