No puedo creer

¿Cómo es posible que él sea tu tipo? ¡Vamos! Ni siquiera son de la misma especie… ok, ok, talvez no sea yo quien habla, cabe la posibilidad de que sea mi ego destruido. El simple hecho de imaginarte con él me provoca ese vacío en el estómago que tanto odio, es como si un puño invisible oprimiera aquí, justo al centro de mi barriga.

Tanta maldita indecisión me tiene justo en esta postura, con tu zapato sobre mi cuello, es una puta sensación que no me es desconocida; dentro de la adolescencia visceral prometí no permitirme volver a sentirlo. Pero nooooooo, nooooooo ahí vas otra vez.

Lo más estúpido del asunto es que aunque tuviera la más mínima oportunidad, simplemente no podría tomarte, no como yo quisiera, como estúpidamente he pensado que te mereces.

¿Qué es lo que te mereces? Talvez nada, todo está en mi mente es como un universo paralelo en el que sería feliz, feliz a un costo muy alto… no estoy dispuesto a hacerlo, no otra vez.

Pero eso no evita que esa fría mano invisible oprima mi alma a cada segundo.